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02 - ¿En qué se diferencian los sistemas de dosificación volumétricos de los gravimétricos?

mo explica: Los sistemas volumétricos dosifican el material en función de las cantidades, los sistemas gravimétricos pesan el material y lo dosifican en función de la masa.

Es decir, la función básica de los sistemas de dosificación es preparar cantidades predeterminadas de material en un periodo de tiempo concretado y en la relación definida. Para ser fieles a la receta, lo importante no es el volumen sino la masa del producto a dosificar. Por el contrario, el resultado de dosificación depende de las “características del producto a granel”, de las condiciones del entorno y del proceso de dosificación en relación con el órgano dosificador seleccionado. En lo que respecta al procedimiento, cabe diferenciar el principio de dosificación volumétrico del gravimétrico.

En la dosificación volumétrica, la expulsión del material se produce exclusivamente en función del volumen, y con ello, de las cantidades. Como los dosificadores que trabajan de manera volumétrica no miden la masa, sus órganos de dosificación se tendrán que calibrar en función del material antes de cada uso: es preciso determinar qué cantidad de masa tiene que dosificar el órgano en un periodo de tiempo definido. Lo mismo se aplica también cuando se cambia el material y el lote. Además, los sistemas de dosificación volumétricos no pueden compensar automáticamente los cambios en las propiedades del material, como oscilaciones en la densidad aparente. Con el fin de compensar las posibles oscilaciones en el peso de vertido, a menudo los sistemas volumétricos se operan con una sobredosificación. Lo más importante es, no obstante, que los “elementos de volumen” del órgano dosificador estén siempre rellenados de manera uniforme.

En el principio de dosificación gravimétrico o en función del peso, una o varias células de pesaje integradas miden (pesan) el material que se desea dosificar. Por lo tanto la única unidad de medida es el peso. La comparación teórica/real regula la dosificación, por lo que los sistemas gravimétricos pueden compensar automáticamente las posibles desviaciones de la densidad aparente. Otra ventaja es el registro en función del peso de las cantidades que se transportan.

Con un ejemplo doméstico podrá entender fácilmente la diferencia entre los dos principios de dosificación: 250 g de nata corresponden a aprox. 250 ml en estado líquido y a aprox. 1000 ml cuando está batida.

Los dos principios de dosificación resultan adecuados para un servicio síncrono o asíncrono, es decir, la dosificación y el transporte simultáneos o consecutivos de los componentes del material. En el servicio asíncrono, después de la dosificación es preciso conectar una mezcladora para homogeneizar los paquetes de material superpuestos en el depósito colector.

En el próximo capítulo explicaremos las diferencias que se detectan en lo que respecta a la estructura y modo de funcionamiento de los sistemas de dosificación volumétricos y gravimétricos.

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